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La Ingeniería Estructural es una disciplina cuya actividad no suele tener el reconocimiento que merece ya que sus resultados son intangibles y, por esta razón, cuanto mejor se ejerce, menos inconvenientes, problemas o fallas presenta una estructura.
A diferencia de otras profesiones, la Ingeniería Estructural tiene la misión de prever, evitar y resolver los problemas antes de que ocurran. La participación del profesional involucrado supone la asunción de riesgos que van más allá de la complejidad que es propia de toda ingeniería. En este sentido, sus aportes son más que significativos puesto que no se limitan solamente a prever y evitar inconvenientes, sino que también posibilitan el ahorro de materiales, tiempo y trabajo en un proyecto.
En efecto, numerosos proyectos son realizados sin el debido asesoramiento de un profesional de la Ingeniería Estructural y por eso se sobredimensionan todos los elementos de una estructura para evitar posibles catástrofes.
La tarea de un ingeniero en estructuras es buscar un equilibrio entre la economía en la realización de un proyecto y los niveles adecuados de seguridad y funcionalidad.
Los beneficios de recurrir a un ingeniero en estructuras son múltiples. En definitiva, de su competencia profesional dependen la seguridad, durabilidad y funcionalidad de una estructura.
